lunes, 22 de noviembre de 2010

Un hombre tranquilo

Siempre es así, siempre lo fue. Apenas un par de veces le he visto perder la calma. Siempre es así. No encuentro la palabra exacta para definirlo. Pausado, sereno, templado, tierno, sosegado, apacible, dúctil, bonancible… ¿Cuál de ellos le define? Todos ellos, o ninguno. No lo sé.

Los que le conocéis sabéis lo que digo, sabéis de lo que hablo. Nunca discute, nunca disputa. Siempre te escucha, es prudente en sus palabras, las elige con mimo, cosa rara hoy en día, época de verborreas indiscriminadas.

Siempre es así, siempre lo fue. En los momentos difíciles se mantiene firme, está ahí, nunca te falla, nunca nos falla, nunca faltó. Tan sólo bastaba un par de palabras suaves, él encuentra el tono adecuado para ello, y parece que los problemas empequeñecen. Sabes que él está ahí, que va a estar ahí, si le necesitas.

Firme en la batalla que le ha tocado librar, nunca protesta, siempre adelante. Nunca se queja, apenas, a pesar de estar lleno de razones para ello. Siempre entero, siempre. No quiere hacernos daño, no quiere que suframos, siempre protegiéndonos, a pesar de todo, a pesar de esto…

Siempre fue así, siempre lo fue, lo sigue siendo.

Duro, pero blando, como dice mi hermano.


Un hombre tranquilo…

De casta le viene al galgo

Parece que lo de escribir me viene de familia, mi padre escribia también a menudo.

Creo que a papá le encantaría que sus nietos conozcan esta poesía que escribió para ellos:

Imagen de otros tiempos, no olvidados

Sacada de recuerdos entrañables
Resulta que eres tú, niño querido
Aquel ser que con un leve suspiro
Enciendes en mi alma miserable
La luz de aquel amor tan conocido.

Iniciaste el camino de tu vida
Gozando del cariño de los tuyos
Nunca serán bastantes los arrullos
A tu persona siempre tan querida.
Cuando avance la senda de tu vida
Iniciando el ocaso de la mía
Ofréceme tu amor por despedida.

Durante algunos años dormitando
Aquellos sentimientos de ternura
Nacen de nuevo en mi, con tu figura
Iniciando otra etapa de mi vida
Emociones, cariños y dulzuras
Latiendo fuerte en mi alma estremecida.

Solo tú me faltabas para darme
Otra gran alegría en mi camino
Felicidad plena de mi vida
Inundado de dicha mí destino
Ahora sí que puedo conformarme.

Mejor sorpresa no podías darle
A esta feliz etapa de mi vida
Teniendo otra razón para alegrarme.
Inunda mi alma de alegría sana
Alégrame la vida con tu vida
Sin dejarme pensar en el mañana.

Añadiendo ilusiones a mi vida
Lágrimas y sonrisas con encanto
Eres música celestial con tu alegría
Xilófono con notas en tu llanto