lunes, 21 de abril de 2008

¿sómos replicantes?

Como si de un replicante se tratara, la necesidad de huir de lo que nos rodea para buscar lo prohibido siempre está latente. Aquellos seres de artificio, perseguidos por cometer un delito tan terrible y atroz como sentir, tener sentimientos, no se alejan mucho de la realidad de nuestro día a día. En un mundo cada día más deshumanizado, donde los contactos interpersonales se han convertido en meras interlocuciones casi automatizadas, donde prima la premura frente al diálogo, donde lo importante no es el proceso sino el resultado, es cada vez más extraño encontrar alguien, un desconocido, un conocido de vista con el que charlar banalmente o preguntarle sobre algo. ¿Acaso huimos, como los replicantes, de que se nos acuse por sentir? ¿Es tan difícil pararse sólo un momento, detener este tren de "alta velocidad" para escucharnos un poco los unos a los otros? Siento la necesidad de escaparme, de permitirme el lujo de sentir, de encontrar un espacio donde hablar con un dependiente o llamar a ese amigo del que hace tanto que no sabes nada. Quiero pararme a charlar con esos curiosos que miran la "ultima" obra municipal y compartir pareceres con ellos.... ¿me estaré convirtiendo en... un replicante?

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